Piden 9 años a un bailarín de BCM por agresión sexual a una joven

Los hechos ocurrieron en octubre de 2016 en una sala interior de la conocida discoteca de Magaluf

 

La fiscalía reclama una condena de nueve años de prisión para un bailarín de la discoteca BCM de Magaluf, en Calvià, por presuntamente agredir sexualmente a una joven en una sala interior del establecimiento de madrugada en octubre de 2016.

 

El sospechoso, un joven de 25 años, obligó a la víctima, que entonces tenía 20 años, a que le practicara sexo oral, pese a la oposición de ella, según la versión de la acusación pública.

 

El juicio contra el hombre está previsto que se celebre el próximo miércoles en la Audiencia Provincial de Palma. El tribunal de la sección primera será el encargado de enjuiciar los hechos.

 

El ministerio fiscal, además de la pena de nueve años de cárcel, solicita que se prohíba al procesado aproximarse y comunicarse con la perjudicada por un periodo de diez años al considerarle responsable de un delito de agresión sexual. En concepto de responsabilidad civil, pide que indemnice a la víctima, junto con la entidad BCM Disco Empire y una compañía aseguradora, con 30.000 euros por los daños y perjuicios morales ocasionados.

 

Los hechos se remontan a la madrugada del pasado 16 de octubre de 2016. Sobre la una y media de la mañana, el acusado se hallaba dentro de la discoteca BCM de Magaluf, donde había estado trabajando como bailarín. Esa noche conoció a una joven a la que ofreció regalarle alguna camiseta y gorras del establecimiento. Por ello, le pidió que le acompañara a una sala interior del local que se encontraba vacía. La muchacha accedió, acompañada por una amiga y por un compañero de trabajo del procesado.

 

Los cuatro estuvieron charlando sentados en la sala durante unos minutos, cuando el procesado empezó a masajear con aceite corporal las manos y las piernas de la amiga de la joven. Acto seguido, se sentó encima de ella rodeándola con sus piernas y comenzó a besarla en el cuello, según la fiscalía. Los otros dos testigos se marcharon del lugar y dejaron a solas a la pareja. El acusado siguió con los besos en la boca y ella se opuso y le pidió que parara, pero no podía levantarse porque él estaba encima. Luego, él le cogió su mano para que tocara sus genitales y ella de nuevo se negó. Por último, el bailarín se levantó, agarró la cabeza de la víctima y la obligó a practicarle sexo oral a la fuerza. Ella logró apartarle y zafarse de él, según el fiscal.